En las sombras de la historia, entre misterios tallados en piedra y simbolismos enigmáticos, se encuentran los orígenes de la masonería. Sus raíces se sumergen en los gremios medievales de canteros, donde las habilidades artesanales se entrelazaban con rituales y secretos transmitidos de maestro a aprendiz. Aunque sus inicios se entrelazan con la arquitectura de catedrales y la construcción de monumentos, los masones evolucionaron, transformándose en un bastión de pensamiento y filosofía.
El enigma persiste en cómo este movimiento, gestado en los gremios de constructores, se convirtió en un faro de iluminación intelectual en la Ilustración del siglo XVIII. A medida que los antiguos maestros canteros cedieron terreno, los «especulativos» emergieron, y la francmasonería abrazó nuevos miembros. Así es como se cultivó una hermandad donde el simbolismo y los rituales encierran significados profundos.
Entre los talleres y los debates ilustrados, nacieron los masones modernos. Al igual que las leyendas del Nahual, esta red de misterio aún intriga a quienes buscan descifrar sus secretos ancestrales y explorar la amalgama única de historia, espiritualidad y camaradería que caracteriza a los masones.
¿Qué es y quiénes pueden ser miembros?
En la penumbra de la masonería, el poder, la polémica y las teorías de conspiración han tejido un velo intrigante alrededor de la fraternidad de los masones. La pregunta persistente de «¿qué son los masones?» despierta una amalgama de respuestas, alimentando la controversia que envuelve a esta organización secular.
A lo largo de la historia, los masones han sido percibidos como guardianes de antiguos secretos, influyentes en los entresijos políticos y, a su vez, objeto de sospechas y condenas. La Iglesia católica ha prohibido la participación de sus fieles en la masonería, alegando que sus principios son incompatibles con la doctrina católica y considerándolos como portadores de «ideas y agendas heterodoxas».
Requisitos para formar parte de los masones
Los requisitos actuales para unirse son relativamente sencillos: recomendación por miembros existentes, creencia en un «Ser Supremo», integridad moral y compromiso con los «usos y costumbres ancestrales». Cada logia tiene sus propias reglas, pero el camino del masón abarca desde Aprendiz hasta Maestro, donde se centran en rituales, creencias bíblicas y símbolos icónicos como la escuadra y el compás.
Aunque muchos masones participan activamente en la caridad y el servicio comunitario, la masonería no es universalmente aceptada, siendo prohibida por la Iglesia Católica, que ve en sus principios una contradicción con la doctrina católica.
Enigmas y rumores
Las teorías de conspiración, alimentadas por el secretismo de la organización, han proliferado, atribuyendo a los masones un papel oscuro en la manipulación de eventos mundiales. Desde la noción de un «Nuevo Orden Mundial» hasta la creencia en su control financiero y político, estas teorías han convertido a la masonería en un enigma cultural.
Aunque muchos masones dedican sus esfuerzos a obras benéficas y filantrópicas, el aura de misterio que rodea a la fraternidad persiste. A día de hoy, desafían la comprensión pública, generando un legado de influencia, controversia y especulación.