Es alarmante cómo la violencia se ha infiltrado en nuestra vida diaria, desde los medios de comunicación hasta nuestra manera de interactuar. Es crucial reconocer la importancia de prevenir conductas violentas desde la infancia, especialmente el acoso escolar, y fomentar entornos familiares que promuevan el respeto y la empatía. Sin embargo, hay muchas más cosas que se pueden hacer para enseñar que la violencia no es nunca una opción, pero para empezar, aquí compartimos un estudio con 10 acciones para evitar el bullying.
María José Díaz-Aguado, catedrática de psicología de la Educación de la UCM, destaca la relevancia de la familia en este proceso. Este conjunto de acciones busca proporcionar a las familias y educadores herramientas efectivas para prevenir y abordar el acoso escolar, cultivando entornos educativos y sociales más seguros y respetuosos
Acciones útiles para evitar el bullying
La prevención del acoso escolar es una responsabilidad compartida que comienza en casa y se extiende a todos los aspectos de la vida de un niño. Aquí presentamos 10 acciones fundamentales para evitar el bullying y cultivar un entorno seguro y respetuoso. Desde el apoyo emocional incondicional hasta el cuidado de los mensajes indirectos, estas estrategias están diseñadas para fortalecer los vínculos familiares. Además, fomentan la autoestima y promueven una cultura de empatía y respeto desde una edad temprana.
- Apoyo emocional incondicional: La familia debe proporcionar apoyo emocional incondicional para evitar el bullying, aceptando y amando a los hijos por lo que son, no por sus acciones.
- Vínculos basados en la confianza: Fomentar vínculos basados en la confianza desde la infancia es crucial. Estas relaciones con adultos significativos ayudan a los niños a regular su conducta y responder a las dificultades de manera positiva.
- Reparto equilibrado de tareas en casa: Involucrar a ambos padres en la educación y el reparto equitativo de tareas domésticas. Esto impacta positivamente en la formación de modelos de género menos sexistas y en una identidad de género más igualitaria.
- Respuesta a las demandas de atención: Responder a las demandas de atención de los niños con sensibilidad y coherencia. Esto ayuda a desarrollar un modelo empático basado en la confianza en sí mismos y en los demás.
- Transmitir mensajes positivos: Las palabras tienen un poder inmenso. Transmitir mensajes de cariño, elogio y aliento contribuye a que los niños internalicen afirmaciones positivas y aprendan a autorregular su conducta.
- Crítica a la conducta, no al niño: Enseñar a los niños a respetar límites específicos sin comprometer el amor de los padres es esencial. Criticar la conducta en lugar de etiquetar al niño promueve un aprendizaje constructivo.
- Crear tiempo de calidad: Establecer rutinas diarias que incluyan tiempo exclusivo para los niños fomenta la comunicación y la atención compartida. Este espacio puede ser clave para prevenir problemas y fortalecer los lazos familiares.
- Motivación: Desarrollar la motivación en los niños para ser eficaces y superarse a sí mismos. Es decir, esto reduce el riesgo de violencia al satisfacer la necesidad de atención de manera positiva.
- Anticipar y ofrecer alternativas: Prever situaciones que puedan desencadenar conductas agresivas. Además, es importante ofrecer alternativas adaptativas es esencial para guiar a los niños hacia respuestas más constructivas.
- Cuidar los mensajes indirectos: Estar alerta a los mensajes que los niños reciben de forma indirecta. Ya sea de amigos, escuela o medios de comunicación, es fundamental. Sobre todo, desarrollar una actitud reflexiva acerca de lo que ven y escuchan contribuye a una visión crítica del mundo que les rodea.
El método KiVa, una Innovación finlandesa
Finlandia, líder en educación, ha implementado el Método KiVa para combatir el acoso escolar. Este enfoque innovador se centra en cambiar las dinámicas sociales y concienciar a todos los involucrados, no solo a víctimas y acosadores. Los resultados positivos demuestran la eficacia de este método para frenar el acoso y mejorar el bienestar escolar.
En conclusión, erradicar el bullying es un compromiso común que comienza en el hogar. Al implementar estas acciones desde la infancia, ayudamos a crear una base sólida para la autoestima y prevenir conductas violentas, sigamos el ejemplo de iniciativas como el Método KiVa y contribuiremos a un mundo mejor.