Este proyecto, fue el más misterioso de los inventos del genio más grande de la electricidad de todos los tiempos. Nunca fue demostrado, porque Tesla nunca ofreció pruebas de que el «rayo de la muerte» existiera. Tampoco nunca se descartó la hipótesis, ya que Tesla, era Tesla.
Hablemos un poco de Tesla
Catalogado como el padre de la comunicación inalámbrica, Nikola Tesla, nació el 10 de julio de 1856, en Smiljan, un pequeño pueblo de lo que fue el Imperio Austrohúngaro, y que hoy forma parte de Croacia.
Muchos opinan que Tesla fue el mayor genio de la humanidad. Durante su vida, fue el autor de cientos de inventos, que fijaron la base de la ciencia moderna. Sin embargo, uno de ellos fue el que causó la mayor controversia: el «Rayo de la Muerte», al cual todos temieron, pero que nunca vio la luz y, su existencia transcurre entre la realidad y el mito.
En qué consistía el «rayo de la muerte»
Fue en 1934 que la prensa comenzó a hablar del «rayo de la muerte» y el propio Tesla decía: «Mi invento requiere de una gran instalación, pero, una vez establecida, es posible destruir todo lo que esté en un radio de 322 km, ya sean hombres o máquinas» (sic).
Muchos periódicos de esa época publicaron sus dichos, entre ellos el Reading Eagle, de Pensilvania, en su edición del 31 de julio de 1934. En el periódico español «El Siglo Futuro», se definía, como un arma de ’60 millones de voltios, muerte y exterminio a 400 kilómetros de distancia’.
Los documentos existentes sobre el invento de Tesla, hablan de un arma que podría atacar cientos de kilómetros de distancia. Además, uno solo de sus disparos, podrían exterminar un ejército de 1.000.000 de hombres.
Conclusión
Si bien la genialidad de Tesla y sus invenciones no pueden objetarse, lo concreto sobre «el rayo de la muerte», es que nunca pudo verse un plano, bosquejo o dibujo de esta fabulosa arma. Tan solo quedan sus dichos, cuando adelantó que podría provocar ‘la muerte, el fuego y la explosión, causadas a distancia por medio de máquinas silenciosas’ (sic). Además, agregó: «Ese día acabarán las guerras» (sic).