En el tapiz de la historia religiosa, a veces se encuentran hilos olvidados que arrojan luz sobre creencias y prácticas antiguas. Uno de esos hilos intrigantes es la historia de Asherah, la esposa de Dios, que parece haber sido borrada deliberadamente de las páginas de la Biblia. En esta exploración, desenterraremos las evidencias y las antiguas revelaciones que dan luz a la existencia y el papel de Asherah en las religiones abrahámicas.
Origen de la historia de Asherah
La historia de Asherah comienza a emerger de las sombras gracias a descubrimientos arqueológicos y análisis de textos antiguos. En la ciudad de Ugarit, en lo que hoy es Siria, se encuentran rastros de esta deidad femenina. Los textos revelan que Asherah era adorada junto a Yahveh o Jéhovah, proporcionando una visión más equilibrada de la divinidad.
En el desierto de Sinaí, en Kuntillet Arjud, una vasija del siglo XIII evidencia la existencia de una «pareja divina» y solicita bendiciones de esta dupla. Descubrimientos similares refuerzan la hipótesis de que, en sus orígenes, el Dios de la Biblia tenía una esposa.
Asherah en el templo de Jerusalén y en las escrituras
Las sorprendentes revelaciones no terminan aquí. En el Libro de los Reyes, se menciona que una estatua de Asherah ocupaba un lugar en el templo, y mujeres tejían vestimentas rituales para ella. Incluso en el Libro de Jeremías, se sugiere la presencia de «La Reina del Cielo», una posible referencia a esta diosa olvidada.
Asherah: Más allá de un nombre, una Diosa multifacética
Asherah es una deidad multifacética, vinculada a diversas esferas de la vida y la naturaleza. A veces, su nombre se traduce como «la diosa del árbol de la vida», mientras que en otros contextos, está relacionada con el mar bajo el epíteto Athirat, «Señora del Mar» o «Aquella que camina sobre el mar».
En los textos ugaríticos, se la identifica como «qaniyatu ʾilhm», «la creadora de los dioses» (Elohim). Athirat, también conocida como Elat, aparece como la consorte del dios El, y en textos acadios, se la reconoce como Ashratum, la esposa de Anu, el dios del cielo.
Asherah en la Biblia: De la idolatría a la condena
Aunque la presencia de Asherah en la Biblia se revela en varios pasajes, su imagen se ve empañada por condenas y hostilidades. Referencias en el libro de Deuteronomio presentan la colocación de un poste, símbolo del árbol de Asherah, como un acto malévolo ante los ojos de Dios.
Por otro lado, el Rey Hezekiah, que retiró el símbolo de Asherah del Templo, es alabado como el más justo de los reyes. Profetas como Isaías, Jeremías y Micah también condenan la adoración de Asherah, asociándola con la idolatría y desviándose de la adoración al dios único.
La noche larga de Asherah en la Biblia
J. Edward Wright, del Arizona Center for Judaic Studies, sostiene que los editores masculinos de la Biblia no lograron eliminar por completo a Asherah de las sagradas escrituras. Rastros de ella persisten, y la evidencia arqueológica y referencias en textos de naciones cercanas a Israel permiten reconstruir su papel en las religiones del Levante.
Asherah, una historia silenciada pero no olvidada
La revelación de que el origen de las grandes religiones abrahámicas incluía la adoración de Asherah junto a Yahveh plantea preguntas fascinantes. ¿Existía una concepción más equilibrada de la divinidad, incorporando tanto principios masculinos como femeninos en las primeras creencias? Este descubrimiento arqueológico desafía las narrativas monoteístas actuales. Además, sugiere una perspectiva más inclusiva en la antigüedad, similar a las representaciones de divinidades en el hinduismo.
La historia de Asherah, la esposa de Dios, nace de la historia para desafiar las narrativas establecidas. Aunque su imagen se oscureció y sus adoradores condenados en las páginas de la Biblia, la evidencia arqueológica y los textos antiguos revelan una verdad más compleja. Asherah, con su conexión con la fertilidad, el árbol de la vida y el mar, plantea interrogantes sobre los orígenes de las religiones monoteístas y la posible existencia de una divinidad equilibrada.
La diosa olvidada sigue susurrando su historia a través de los vestigios dejados en inscripciones antiguas y vasijas desenterradas. Aunque el velo de la historia puede haberla silenciado, Asherah persiste como un recordatorio de un pasado donde la divinidad se concebía en formas más diversas y complementarias.