El estrés es una parte común de la vida moderna, y sus efectos pueden manifestarse de diversas formas, incluso en nuestros ojos. Los derrames en el ojo por estrés, técnicamente conocidos como hemorragias subconjuntivales, son un fenómeno ocular que puede resultar desconcertante y preocupante para muchas personas. Estas hemorragias, que causan la aparición de manchas rojas en la esclerótica, suelen ser benignas y no afectan la visión, pero pueden generar ansiedad y preguntas sobre su origen y tratamiento.
En este artículo, veremos más a fondo qué son los derrames en el ojo por estrés, qué factores contribuyen a su desarrollo y cómo manejarlos adecuadamente. También examinaremos cómo el estrés puede desencadenar estos derrames y qué medidas preventivas se pueden tomar para reducir su aparición.
¿Qué son los derrames en el ojo por estrés?
Un derrame ocular, como su nombre indica, es un sangrado leve que ocurre bajo la conjuntiva del ojo. Aunque pueda resultar alarmante debido al contraste entre el color rojo de la sangre y el blanco del ojo, en la mayoría de los casos no representa una amenaza grave para la visión. Estos derrames, técnicamente conocidos como sangrado subconjuntivales, son generalmente benignos y se resuelven por sí solos sin causar daño permanente. Sin embargo, su aparición puede generar preocupación y ansiedad en las personas, especialmente si desconocen las causas subyacentes, como el estrés.
Causa de los derrames en el ojo por estrés
Las causas del derrame en el ojo pueden variar desde un traumatismo ocular hasta cambios repentinos en la presión arterial. Los impactos en el ojo, el hábito de frotarse los ojos con fuerza y los procesos infecciosos son algunas de las causas más comunes. Aunque se cree popularmente que el estrés puede causar derrames oculares, en realidad se debe a cambios en la presión arterial asociados con situaciones estresantes. Tos, vómitos y otras maniobras que aumentan la presión en las venas también pueden desencadenar un derrame ocular.
Tratamiento y prevención
Por lo general, los derrames oculares no requieren tratamiento específico ya que el cuerpo reabsorbe la sangre en unos pocos días. Sin embargo, es importante distinguir si el derrame es un síntoma de otro problema subyacente que requiere tratamiento. Si el derrame es consecuencia de un traumatismo o una infección, el oftalmólogo puede recetar lágrimas artificiales y, en algunos casos, antibióticos para aliviar los síntomas y prevenir complicaciones.
Cuándo consultar a un profesional
Si experimentas derrames oculares frecuentes o si el derrame está asociado con otros síntomas oculares, es importante consultar a un oftalmólogo. El especialista podrá realizar pruebas diagnósticas para determinar la causa subyacente y brindar el tratamiento adecuado.
En resumen, si bien los derrames oculares suelen ser benignos y se resuelven por sí solos, es fundamental estar atento a cualquier cambio en la salud ocular y buscar atención médica si es necesario. La prevención y el manejo adecuado pueden ayudar a mantener la salud visual a largo plazo.
