Revisando datos del observatorio espacial Kepler de la NASA obtenidos en 2018, un equipo de científicos transatlánticos, descubrió un exoplaneta del mismo tamaño que la Tierra, que sería habitable y al cual bautizaron como Kepler-1649c. Podría contener agua en estado líquido, está a 300 años luz de nuestro planeta y tiene un tamaño y una temperatura similar. Además, se halla orbitando una estrella enana roja, ubicada en una zona habitable.
Características de Kepler-1649c
Este nuevo hallazgo, es apenas 1,06 veces más grande que el Planeta Tierra. Recibe 75% la cantidad de luz solar, que la que recibimos, por lo que, la temperatura sería semejante a la terráquea. Además, un año del nuevo exoplaneta, equivale a 19,5 días terrestres.
Si bien aún se desconocen algunas características fundamentales del nuevo exoplaneta, como, la composición de su atmósfera, lo que afectaría la temperatura del planeta, podría ser habitable. La principal diferencia es que el Kepler-1649c, orbita una enana roja, que se caracteriza por sus brotes estelares, lo que dificultará potencialmente cualquier forma de vida.
¿Qué dicen los científicos?
Thomas Hansueli Zurbuchen, astrofísico suizo-estadounidense, y Administrador Asociado de la Dirección de Misiones Científicas de la NASA manifiesta al respecto: «Este intrigante y distante mundo nos da una esperanza aún mayor de que una segunda Tierra se encuentre entre las estrellas, esperando ser encontrada» (sic).
Además, Thomas agregó: «Los datos recopilados por misiones como Kepler y TESS continuará produciendo descubrimientos sorprendentes a medida que la comunidad científica refina sus habilidades para buscar planetas prometedores año tras año» (sic).
Andrew Vanderburg, investigador de la Universidad de Texas, en un artículo publicado en The Astrophysical Journal Letters, dijo: «Si no hubiéramos examinado el trabajo del algoritmo a mano, nos lo habríamos perdido» (sic).
Coincidencias con la Tierra
Son grandes las coincidencias que el Kepler-1649c, tiene respecto de la Tierra, especialmente en términos de energía recibida de su estrella y en tamaño. Además, el sistema de su estrella anfitriona es estable y se cree que se mantendrá por mucho tiempo.
Existen evidencias que, las órbitas de los planetas que circulan en la zona, deben ser extremadamente cercanas a su estrella, para que la temperatura no sea ni muy cálida, ni excesivamente fría para permitir la vida, tal como la conocemos.
En lo referente al nuevo hallazgo, dijo Vanderburg: «Cuantos más datos obtenemos, más signos vemos que apuntan a la noción de que los exoplanetas potencialmente habitables y del tamaño de la Tierra son comunes alrededor de este tipo de estrellas» (sic). Además, añadió: «Con enanas rojas en casi todas partes alrededor de nuestra galaxia, y estos pequeños planetas potencialmente habitables y rocosos a su alrededor, la posibilidad de que una de ellas no sea muy diferente a la de nuestra Tierra parece un poco más brillante».
Llegará el día que hallemos un planeta similar a la Tierra, en un Universo infinito y repleto de posibles lugares donde la vida sea posible. Solo debemos aspirar que allí el ser humano encuentre la paz y la hermandad sea la meta, para un mundo mejor.