Hidratación saludable: Descubre si el agua afecta tus calorías

La idea generalizada de que el agua carece de calorías es cierta, pero es esencial explorar el fundamento científico detrás de esta afirmación para comprender completamente su contexto. Las calorías, como unidad de medida de la energía, suelen asociarse con la ingesta de alimentos y la obtención de energía a través de la digestión. Entonces, ¿el agua tiene calorías?.

En el caso del agua, esta molécula fundamental no aporta calorías en el sentido convencional, ya que no contiene macro nutrientes como carbohidratos, proteínas o grasas que normalmente constituyen la fuente principal de calorías en otros alimentos. Sin embargo, el agua juega un papel crucial en nuestro metabolismo y equilibrio térmico. Su capacidad para absorber y liberar calor es fundamental en la regulación de la temperatura corporal, actuando como un componente esencial en los procesos biológicos que mantienen nuestro cuerpo en un estado de funcionamiento óptimo.

La caloría y su vínculo con el agua

La caloría, esa unidad de medida de energía, tiene una conexión íntima con el agua. Una caloría se define como la energía necesaria para elevar un gramo de agua en un grado. Aunque el agua no aporta calorías desde una perspectiva dietética, su capacidad calorífica es notable. No obstante, la relación entre la caloría y otras unidades, como los julios, nos sumerge en la complejidad de las mediciones. La caloría se equipara a aproximadamente 4,18 julios, una relación que destaca la interconexión de sistemas de medida en el mundo científico.

Estabilidad termodinámica del agua

El agua, a diferencia de otras sustancias, no contribuye con calorías debido a su estabilidad termodinámica. Imaginemos como una bolita en el fondo de un agujero: está atrapada, y se requiere energía para extraerla. A pesar de esto, el agua puede cambiar de estado, de líquido a sólido o gaseoso, sin alterar los enlaces oxígeno-hidrógeno dentro de su molécula. Esta característica única la convierte en un componente esencial para la vida y el disolvente universal.

¿El agua tiene calorías?

El agua en nuestro organismo, más que hidratación

Aunque solo una pequeña fracción de las moléculas de agua participa directamente en las reacciones de nuestro cuerpo, su importancia es insustituible. Actuando como el disolvente universal, el agua es esencial en todas las reacciones biológicas. Su presencia en nuestro cuerpo, en la sangre y la linfa, facilita el transporte de nutrientes y la eliminación de desechos a través de la orina. En este sentido, el agua es el caldo de cultivo perfecto para el desarrollo y la sustentación de la vida.

Agua y termorregulación, nuestra defensa contra el calor

En medio del abrasador calor del verano, el agua se convierte en nuestro aliado termorregulador. Cuando sudamos, el agua del sudor requiere una considerable cantidad de energía para evaporarse y pasar del estado líquido al gaseoso. Este proceso, esencial para enfriar nuestro cuerpo, extrae energía de nuestro organismo, manteniendo nuestra temperatura interna casi constante. Esta eficiente capacidad de termorregulación nos permite funcionar independientemente de la temperatura externa, a diferencia de los lagartos y otros reptiles que dependen del calor del sol.

El «golpe de calor» y la importancia de la hidratación

Aunque el agua no aporta calorías, su papel en la termorregulación puede verse amenazado en condiciones extremas de calor o deshidratación, dando lugar al temible «golpe de calor». Esta condición, potencialmente mortal, destaca la importancia de mantener una hidratación adecuada, ya que nuestro cuerpo depende de la eficiencia del sistema termorregulador, especialmente en climas extremos.

Testigo de la historia

El agua, al ser no reactiva en los procesos biológicos, permanece inalterada en sí misma. Su capacidad de evaporarse y luego condensarse permite un ciclo interminable. Sorprendentemente, es plausible que algunas de las moléculas de agua que bebemos hoy hayan formado parte del sudor de personajes históricos como Napoleón o Aristóteles. Esta perspectiva resalta la conexión atemporal de este recurso vital.

Las calorías del agua en la naturaleza

El agua no contribuye con calorías a nuestra dieta y un ejemplo de ello es la utilización de este líquido para adelgazar con la dieta del paleo. Su asombroso poder calorífico se emplea en la naturaleza como refrigerante y medio de transporte de energía en sistemas de calefacción. La molécula de agua, con sus puentes de hidrógeno, presenta una afinidad única con las moléculas vecinas. La ruptura de estos puentes para permitir la evaporación roba energía, manteniendo fresca el agua del botijo y permitiéndonos mantener una temperatura interna estable incluso en climas extremos.


El agua no solo es una bebida esencial para la vida, sino también un componente intrincado en los procesos biológicos y térmicos de nuestro cuerpo. Su capacidad para mantener la estabilidad termodinámica, actuar como disolvente universal y regular la temperatura interna destaca su versatilidad. Aunque no aporta calorías a nuestra dieta, el agua, en su sencillez molecular, desempeña un papel crucial en la complejidad de la vida. Así que, mientras disfrutamos de un vaso refrescante de agua en un día caluroso, recordemos que estamos celebrando no solo la hidratación, sino también la maravilla científica que es el agua.

Leonardo Linares
Redactor de Ciencia. Licenciado en Periodismo por la Universidad de Buenos Aires.

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