En una reserva en la provincia de Napo, en Ecuador, se hospedaba Gil Wizen, un entomólogo y fotógrafo israelí de origen canadiense, cuando observó que la habitación estaba repleta de pequeñas arañas.
Cuando siguió el rastro de las crías, se encontró cara a cara con una terrible y temible «Phoneutria nigriventer», llamada también, araña bananera o errante del banano, la araña más venenosa del mundo. La fotografía, fue tomada en Ecuador en 2014 por Gil Wizen y premiada como la Wildlife Photographer of the Year (Fotógrafo de Vida Silvestre del Año).
Como fue el encuentro
En esa época Gil residía en Ontario, Canadá, y era la tercera vez que visitaba Ecuador. Así relata Wizen su hallazgo: «A la tercera mañana de estar en la reserva, me di cuenta de que había arañas por todas partes en la habitación: en la mosquitera, escalando mi mochila, trepando por el equipo o descansando dentro de la ropa, estaban por todas partes. » (sic).
Además, agregó: «Sabía que tenía que haber un saco de huevos abriéndose cerca y parecía estar dentro de la habitación. Después de un rato observando a las crías, seguí su rastro hasta una pared para dar con la fuente. Estaba cerca del suelo, precisamente en la parte de la habitación donde se encontraba la cama» (sic).
Al respecto, comentó que grande fue su sorpresa, cuando al asomarse pudo ver que: «No solo había literalmente miles de crías debajo de la cama. También, justo a su derecha, descansaba una de las arañas más grandes que había visto en mi vida, más allá de las tarántulas. Su cuerpo medía de largo unos 45 milímetros, pero sus patas podían cubrir fácilmente mi mano. De inmediato reconocí el género al que pertenecía: la ‘Phoneutria’, una araña errante que a su vez se integra en la familia de las ‘Ctenidae’ » (sic).
Las peligrosas características de la “Phoneutria”
Esta especie pertenece a un reducido grupo de grandes arañas de regiones tropicales y subtropicales. Además, se ocultan comúnmente en el follaje y en el suelo.
Algunos entomólogos sostienen que es la araña más venenosa del mundo, y tiene un aspecto intimidante y agresivo. Su primer par de patas tienen cerdas, y frente a un peligro, las levantan en una postura de defensa-agresión. Cabe descartar que, su veneno es altamente neurotóxico, y especialmente peligroso para los niños, ya que, su acción ponzoñosa se manifiesta en pocos minutos.
Pueden provocar un shock neurogénico, y sus síntomas son: lagrimeo, salivación excesiva, taquipnea, temblores, espasmos musculares, náuseas, vómitos profusos, hipertensión, sudoración, taquicardia, agitación y somnolencia.
Según explican científicos del Natural History Museum (Museo de Historia Natural), de South Kensington, en Londres: «Su tóxico veneno puede resultar mortal para mamíferos, incluidos seres humanos, pero por otra parte se usa también para medicamentos».