La vida de las mujeres en la antigüedad egipcia: ¿Cómo era?

El papel de la mujer en las sociedades antiguas no era siempre el mismo. En cada civilización su rol era distinto, pues éste dependía de la cultura, religión y costumbres de sus habitantes. Para analizar el papel de la mujer en el Antiguo Egipto hemos de sumergirnos en una civilización que se extendió en el tiempo más de 3000 años.

Como es lógico, durante todo este tiempo la estructura social, económica y religiosa de los antiguos egipcios fue evolucionando. Y no sólo eso. Esta civilización se extendió por un vasto territorio, por lo que existirían diferencias sociales según la zona geográfica en la que nos encontrásemos. Es por ello que hablar del papel de la mujer en la sociedad egipcia es una tarea difícil y no pueden generalizarse unas conclusiones. Aun con ello, trataremos de dar unas pinceladas sobre el tema.

Si bien es cierto que la mentalidad del Antiguo Egipto en lo que a la mujer respecta era bastante “moderna” para su época, al menos en comparación con las sociedades contemporáneas a ésta (o incluso posteriores), no debemos pensar que la igualdad era plena. Sin embargo, en el Antiguo Egipto no eran tan rígidos con sus costumbres como en otras culturas, y los límites de las mujeres libres no eran infranqueables.

Esta pintura representa a dos mujeres egipcias danzando y a una mujer interpretando música

Para la civilización del Antiguo Egipto, la mujer no era considerada como un ser inferior al hombre, sino que era su compañera, su complementaria. Un ejemplo o consecuencia de esta consideración es que hombre y mujer eran considerados iguales ante la ley. Por desgracia, a medida que nuevos pobladores llegaron a estas tierras, la consideración y libertad de la mujer fue menguando.

La mayoría de las fuentes de las que disponemos hablan de las clases más favorecidas de la sociedad. Por tanto, no podemos generalizar y suponer que en todas las clases existía la misma libertad. Además, los moralistas egipcios insistían en los textos en recordar al hombre su deber para con la mujer, lo que hace pensar que debía ser frecuente que éstos abusaran de su poder y posición.

La mujer egipcia desde la sociedad y la moralidad

Como hemos comentado anteriormente, hombre y mujer eran iguales ante la ley. Esto significaba que las mujeres podían administrar sus propios bienes y su herencia, llevar un negocio propio y trabajar en empleos más allá del ámbito doméstico.

El testamento de Naunakhte es un ejemplo de la libertad con la que la mujer podía decidir incluso desheredar a alguno de sus hijos si consideraba que no merecían sus bienes. Este testamento de una madre egipcia fue encontrado por el Instituto Francés en 1928, en Deir el-Medina, y data de la dinastía XX (c. 1190 a 1070 a. C.), durante el reinado de Ramsés V:

“He criado a estos ocho hijos, vuestros servidores, proporcionándoles todo el equipo para fundar un hogar, formado por todas las cosas que se constituyen para aquellos que se encuentran en su situación. pero mirad, me he vuelto vieja y mirad, ¡ellos no se ocupan de mi a cambio! En cuanto a todos los que han puesto sus manos sobre las mías, les daré mis bienes, pero en cuanto a los que no me han dado nada, no les daré mis bienes”.

De derecha a izquierda: un papiro representando a la diosa Isis y a la diosa Ma-at.

Tanto las niñas como los niños de alta alcurnia estudiaban en la llamada Casa Jeneret, una institución de gran importancia situada junto al palacio, y en la que habitaban la madre del faraón, la Gran Esposa Real, las esposas secundarias y los hijos e hijas de éstas. En esta institución las mujeres se instruían en las artes: tocaban el arpa, el laúd o la flauta y danzaban. Para los egipcios, las danzas rituales y la música eran herramientas para apaciguar a las divinidades.

En cuanto al trabajo, las mujeres tenían gran variedad de posibilidades. Desde sacerdotisas, llamadas Adoratrices, Mano del Dios o Esposas del Dios, que consagraban su vida al servicio de dioses como Amón o Hathor, aunque eso no impedía que se casasen o tuvieran hijos; funcionarias, como por ejemplo las escribas (aunque no solían tener altos cargos hasta la Dinastía XXVI); plañideras, esto es, aquellas que acompañaban el cortejo fúnebre con danzas, lloros y lamentos; campesinas, comadronas, tejedoras, o artistas, aquellas que tocaban instrumentos musicales o danzaban, aunque muchas veces ésta era una ocupación de las esclavas del Imperio Nuevo.

Referencias informativas:

  • La mujer en el Antiguo Egipto, Davinia Alabat, Jornades de Foment de la Investigació, 2007.
  • egiptologia.com/category/mujer-en-el-antiguo-egipto/
  • historiageneral.com/2013/01/21/la-mujer-en-el-antiguo-egipto/
  • dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4713001
  • ecured.cu/La_mujer_en_el_Antiguo_Egipto
  • historiadelarte192.wordpress.com/acerca-de/mujeregipto/
  • Místicos Egipcios: Buscadores del Camino, Moustafa Gadalla, 2017.
  • Temas que aparecen en esta nota:
  • Historia
Nacho Velardi
CEO y Redactor de Viajes, Medio ambiente y Deportes. Es creador de contenido en Ilusión Viajera. Además, trabaja en distintos blogs de viajes como Pueblos Asturianos y Viajar.

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