En los confines cósmicos de nuestro sistema solar, la Tierra recorre su elíptica órbita con una danza celestial que influye en nuestro clima y estaciones. Recientemente, nuestro planeta ha alcanzado un momento significativo en su viaje anual alrededor del Sol: el perihelio, el punto más cercano de la Tierra a nuestra ardiente estrella central.
En este artículo, exploraremos los fenómenos astronómicos detrás de este evento, revelando cómo la proximidad al Sol impacta en nuestra experiencia terrestre. Desde las variaciones climáticas hasta la duración de los días, los efectos del perihelio son fascinantes y esenciales para comprender la complejidad de nuestro sistema solar. Prepárese para embarcarse en un viaje cósmico mientras desentrañamos los misterios del perihelio y exploramos la danza íntima entre la Tierra y el Sol que afecta directamente a nuestra vida cotidiana.
¿Que es el afelio y el perihelio?
El afelio y el perihelio son dos puntos extremos en la órbita de la Tierra alrededor del Sol. El afelio es el punto en el que la Tierra se encuentra más alejada del Sol, mientras que el perihelio es el punto en el que la Tierra se encuentra más cercana al astro rey. En el afelio, la distancia entre el Sol y la Tierra es aproximadamente de 152.6 millones de km, mientras que en el perihelio es de 147.5 millones de km.
Debido a que la órbita de la Tierra es elíptica, no circular, su distancia al Sol varía a lo largo de su trayectoria. En el perihelio, la Tierra está más cerca del Sol, mientras que en el afelio está más lejos. Esta variación en la distancia al Sol se debe a las influencias gravitacionales de otros objetos planetarios, como la Luna.
El afelio y el perihelio actúan sobre la trayectoria orbital
Estas influencias hacen que la forma de la órbita de la Tierra cambie con el tiempo. Aproximadamente cada 100.000 años, la trayectoria orbital de la Tierra cambia de ser casi circular a elíptica. La diferencia entre una órbita circular y una elíptica se conoce como excentricidad.
Las fechas en las que la Tierra alcanza el perihelio y el afelio no son fijas debido a las variaciones en su excentricidad. Por ejemplo, en el año 1246, el solsticio de diciembre coincidió con el perihelio de la Tierra. Desde entonces, estas fechas han ido cambiando, aproximadamente un día cada 58 años. Se estima que, dentro de 4.000 años, el perihelio y el equinoccio de marzo coincidirán.
¿Esto influye sobre las estaciones?
Es importante destacar que la distancia de la Tierra al Sol tiene poco efecto en el inicio de las estaciones. Las estaciones ocurren debido a la inclinación del eje de la Tierra, que está inclinado en un ángulo de aproximadamente 23.5 grados con respecto al plano orbital. Esta inclinación hace que diferentes áreas de la Tierra reciban diferente cantidad de radiación solar en las distintas épocas del año.
En el hemisferio sur, por ejemplo, durante los meses de junio, julio y agosto se experimenta el invierno, mientras que en diciembre, enero y febrero se vive el verano. En el hemisferio norte, ocurre lo contrario, lo que explica por qué ambos hemisferios tienen estaciones opuestas.
Actúa sobre los factores climáticos
Estos fenómenos astronómicos, aunque sutiles, pueden tener consecuencias significativas en los patrones climáticos y en la duración relativa de las estaciones en diferentes partes del mundo. El solsticio de invierno es un evento que marca el punto en el que el día es más corto y la noche más larga del año. Sin embargo, a pesar de que esta celebración ha pasado, el efecto de esta temporada todavía se hace sentir, ya que las tardes están experimentando un significativo alargamiento desde mediados de diciembre. Por otro lado, las mañanas todavía amanecen más tarde en comparación con meses anteriores.
Variación de la velocidad orbital de la Tierra alrededor del Sol
A medida que nuestro planeta viaja alrededor de nuestra estrella, su velocidad no es constante, lo que resulta en cambios en la duración de los días y las noches. En el caso del solsticio de invierno, esto significa que las tardes se están volviendo más largas, brindándonos más luz diurna para disfrutar. Sin embargo, como contraparte, las mañanas aún se caracterizan por amanecer más tarde. Es importante destacar que la distancia al Sol no juega un papel determinante en el cambio de estaciones, pero sí tiene un impacto en otros aspectos astronómicos.
Por ejemplo, la distancia variable entre la Tierra y el Sol puede afectar la intensidad de la radiación solar que recibimos, lo cual puede influir en los patrones climáticos y, en última instancia, en la forma en que experimentamos las estaciones. En resumen, a pesar de que el solsticio de invierno ha quedado atrás, su influencia se extiende más allá de ese día específico. A medida que la velocidad orbital de la Tierra fluctúa, las tardes experimentan un alargamiento gradual mientras que las mañanas siguen amaneciendo más tarde.
Conclusión
Durante el afelio y el perihelio la distancia al Sol no determina directamente la duración de las estaciones, pero sí tiene implicaciones significativas. Aunque su influencia en las estaciones es mínima y apenas perceptible, cuando un cuerpo celeste se encuentra más cerca del Sol, su velocidad orbital aumenta de manera proporcional.
Esto, a su vez, tiene un efecto en la duración del invierno astronómico, el cual se extiende más en el hemisferio sur que en el hemisferio norte. Además, esta cercanía al Sol también genera un desfase temporal entre la puesta de sol más temprana y el amanecer más tardío. Si bien la distancia al Sol no define las estaciones, esto desempeña un rol en otros aspectos astronómicos, recordándonos la complejidad y belleza del universo que nos rodea.
