De acuerdo a un informe de la revista científica Science, los burros, caballos, otros équidos y los elefantes, pueden extraer agua en las tierras secas, que produjo la acción del hombre.
Los burros, pueden cavar pozos de hasta dos metros de profundidad (especialmente en verano), para llegar hasta el vital elemento. Así benefician a otros animales e incluso en algunos pozos abandonados, se detectó que sirven como viveros de plantas, ya que habían brotado árboles fluviales.
Qué dice la ciencia
El biólogo y ambientalista Erick Lundgren, en una nota publicada en la revista Science, dijo que notó el fenómeno estudiando los sistemas fluviales en el oeste de Arizona (concretamente en los desiertos de Sonora y Mojave).
El científico que ahora se desempeña como estudiante en Procesos de Ecosistemas en el Centro de Conservación Compasiva de la Universidad de Tecnología de Sídney (UTS) en Australia, había tomado conocimiento que los elefantes africanos durante la estación seca, cavan pozos, que, a la postre son las únicas fuentes de provisión de agua, para sí y para otros animales.
Para ello, comenzó a investigar si los burros y los caballos desempeñan un papel similar en América. Fundamentalmente porque estos animales, por no ser autóctonos de la región, se consideran agentes perjudiciales para la biodiversidad.
Como se realizó el estudio
Para la investigación, durante tres veranos, Lundgren y su equipo colocaron cámaras en cinco lugares del desierto. El fin era monitorear los pozos cavados por los equinos. La experiencia permitió comprobar, que la excavación de pozos de dos metros en el agua subterránea redujo las distancias entre las aguas. Además, aumentó la densidad de las características del agua y proporcionó la única fuente del vital elemento.
También, se produjo una mayor germinación de los árboles ribereños, a la vez que indicó: «Nuestros resultados sugieren que los équidos, incluso los introducidos o asilvestrados, pueden amortiguar la disponibilidad de agua, lo que puede aumentar la resistencia a la aridificación provocada por el hombre”.
El beneficio de introducir especies foráneas
Durante la colonización, los europeos introdujeron burros y caballos, que fueron sus ayudantes para la conquista del nuevo mundo.
Los recientes estudios, dice Lundgren, han determinado que, lo que se consideró como “biología de invasión” (ya que no pertenecían a la fauna local), en realidad ha tenido efectos beneficiosos para el ecosistema. Descubrieron que, durante la época calurosa, la acción de los asnos, contribuyó a la formación de la única fuente de agua disponible en algunas zonas.
Los pozos fueron utilizados por otras especies como, ciervos mulos, gatos monteses, osos negros, jabalíes y arrendajo de los matorrales de Woodhouse. En su artículo, Lundgren y sus colegas afirman que, a medida que el cambio climático y los seres humanos, reduzcan los arroyos de estas regiones, estos pozos irán adquiriendo una importancia cada vez mayor.