El ‘Dedo de Dios’ en la Playa Maruata, un tesoro en el Pacífico

En el corazón de Michoacán, una joya natural aguarda en silencio en la playa de Maruata, un rincón donde la danza del Océano Pacífico se encuentra con la majestuosidad de las formaciones rocosas. Entre las olas que acarician la costa y las rocas esculpidas por el tiempo, se alza «El Dedo de Dios«, una maravilla geológica que parece señalar hacia los cielos.

Este capricho escultórico de la naturaleza ha cautivado la atención de aquellos que se aventuran a explorar la costa michoacana, ofreciendo un espectáculo único que fusiona la fuerza del océano con la creatividad de la madre tierra. Acompáñanos en un viaje hacia Maruata, donde la magia de «El Dedo de Dios» se entrelaza con la brisa del Pacífico, creando un tesoro escondido que despierta la imaginación y deja una huella imborrable en quienes tienen el privilegio de descubrirlo.

Cómo se originó el ‘Dedo de Dios’

El fenómeno del Dedo de Dios es resultado del constante embate del oleaje en las costas de Maruata. Las olas, con su fuerza y persistencia, desgastan las rocas mediante la abrasión, creando esta asombrosa formación. La mano rocosa, erguida a pocos metros de la orilla, es testigo del poder escultor del Pacífico.

El significado de «Maruata» en Purépecha

El nombre Maruata en purépecha significa «donde hay cosas preciosas». Esta definición se alinea perfectamente con la riqueza natural que caracteriza a cualquier costa de Michoacán. Descubre la magia de Maruata, donde la belleza y la serenidad se entrelazan en un abrazo eterno con el Pacífico.

Rutas para llegar a playa Maruata desde Morelia

Desde Morelia, el viaje a Maruata toma aproximadamente 7 horas. La ruta recomendada incluye Morelia-Uruapan, dirigirse a Santa Clara del Cobre y tomar la autopista hacia Lázaro Cárdenas. Al entroncar con la carretera a Tecoman, conocida como La Costera, y atravesar Santa Cruz de Cachán, se llega a la joya costera de Maruata.

Cómo acceder al ‘Dedo de Dios’

Encontrar este tesoro natural requiere aventurarse por las carreteras federales 14, 37 y 200, o explorar vías desde Colima o Lázaro Cárdenas. El Dedo de Dios no revela fácilmente su presencia; para contemplarlo, es necesario atravesar el «Puente de Dios», una experiencia que implica rodear un pequeño cerro o atravesar una cueva. Ambas rutas ofrecen sus propios desafíos, pero la recompensa es la visión única de esta maravilla natural.

RELACIONADO |  La leyenda del Charro Negro, el espíritu que aterrorizó a México
Vistas de el 'Dedo de Dios' en Playa Maruata
Vistas de el ‘Dedo de Dios’ en Playa Maruata | Créditos: Embajada de México en Hungría / Twitter

Qué más puedes ver en Maruata

Maruata, más allá de la majestuosidad de «El Dedo de Dios», despliega un encanto adicional que cautiva a quienes exploran sus costas. Desde el Centro Eco turístico Ayult, iniciativa indígena que abraza la conciencia ambiental, hasta el emocionante avistamiento de tortugas marinas que eligen Maruata para anidar, la playa ofrece vivencias únicas.

La posibilidad de acampar brinda una conexión íntima con la naturaleza. Mientras que los recorridos en lancha revelan tesoros ocultos como el Jacuzzi Natural y la paradisíaca playa Carecitos. En Maruata, la diversidad de experiencias se convierte en el complemento perfecto para la grandiosa escultura natural que domina su costa.

  • Centro Eco turístico Ayult: Creado por indígenas locales, promueve la conciencia sobre la preservación de las playas mexicanas.
  • Avistamiento de tortugas marinas: Maruata acoge a miles de tortugas que eligen este rincón para anidar. La posibilidad de acampar permite una conexión íntima con la naturaleza.
  • Jacuzzi natural: Los recorridos en lancha conducen a lugares como el Jacuzzi Natural y la playa virgen Carecitos, brindando una opción segura para disfrutar del mar.

En la tranquila playa de Maruata, donde la armonía del Océano Pacífico se fusiona con las imponentes formaciones rocosas, culmina este viaje hacia una joya natural: «El Dedo de Dios». Esta maravilla geológica, testigo del constante embate del oleaje, es un símbolo majestuoso que señala hacia los cielos, capturando la esencia creativa de la madre tierra.

Descubrir este capricho escultórico en la costa michoacana es sumergirse en una experiencia única. Maruata, además de su imponente belleza natural, revela un encanto adicional a quienes exploran sus costas, desde el eco turismo consciente hasta el emocionante avistamiento de tortugas marinas. Con su diversidad de experiencias, Maruata se presenta como un tesoro escondido que deja una huella imborrable en quienes tienen el privilegio de descubrirlo.

Nacho Velardi
CEO y Redactor de Viajes, Medio ambiente y Deportes. Es creador de contenido en Ilusión Viajera. Además, trabaja en distintos blogs de viajes como Pueblos Asturianos y Viajar.

Dejar respuesta

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

También podría interesarte

Lo más visto