¿Por qué se le dice ‘michi’ a los gatos?
La palabra «michi» ha ganado popularidad como un término cariñoso para llamar a los gatos, pero su historia se remonta a raíces más profundas en la cultura mexicana y, según algunas teorías, tiene conexiones con la invasión española al imperio inca en 1532.
Durante esta invasión, los españoles llevaron consigo gatos a los que llamaban con sonidos característicos que se asemejaban a «mishi, mishi». Los habitantes del quechua, al escuchar este sonido, adoptaron la palabra para referirse a los gatitos, convirtiéndola en parte de su vocabulario cotidiano. En quechua, «michi» se traduce literalmente como «gato».
La evolución del término «michi»
A lo largo del tiempo y a través de diversas regiones latinoamericanas, la palabra «michi» se ha popularizado como una forma afectuosa y juguetona de llamar a los gatos. Este fenómeno lingüístico se ha visto potenciado en la era digital, donde las redes sociales han contribuido a su difusión y viralización. Desde México hasta Argentina, el término «michi» ha conquistado los corazones de los amantes de los felinos, convirtiéndose en un símbolo de cariño y complicidad entre humanos y mascotas.
El lingüista peruano Rodolfo-Cerrón Palomino, reconocido por su experiencia en lenguas andinas, ofrece una perspectiva fascinante sobre el origen de esta peculiar denominación. Según Palomino, el sonido «mishi» o «michi» utilizado por los españoles durante la conquista, fue adoptado por los hablantes de quechua para referirse a los gatos.
La adopción global de «michi»
Aunque los orígenes de «michi» se encuentran en regiones específicas de Latinoamérica, su uso se ha expandido y adoptado en distintas partes del mundo, especialmente en comunidades hispanohablantes. Esta expansión global demuestra la capacidad del lenguaje para trascender fronteras y unir a personas de diversas culturas en torno a términos comunes y compartidos.
La palabra «michi» es un ejemplo fascinante de cómo el lenguaje se adapta, evoluciona y se propaga a través de intercambios culturales y lingüísticos. Desde sus modestos orígenes hasta su adopción global, «michi» sigue siendo un término entrañable que refleja el cariño y la conexión entre los seres humanos y sus queridas mascotas felinas.