Algo tan hermoso como ir a vacacionar a la playa podría volverse un plan bastante tenebroso si te encuentras un tiburón en las costas. Esto estaría sucediendo con grandes depredadores marinos, que cada vez con más frecuencia, pasan tiempo en zonas urbanas.
Aunque ya es conocido que varias especies se han adaptado a ecosistemas ajenos a su hábitat, como por ejemplo los gorriones y palomas, quienes han establecido vínculos muy estrechos e incluso de dependencia con las ciudades. Lo que aún se desconoce es cómo podría reaccionar la fauna marina, ante el auge de la urbanización de las costas.
Investigaciones recientes
Investigando tres especies de tiburones se llegó a la conclusión que estos estarían acostumbrándose cada vez más a nuestra presencia y esto podría ser un problema tanto para ellos, como para nosotros.
Para llegar a esta conclusión, se investigaron los movimientos de 3 especies marinas; el toro, la nodriza y el tiburón martillo. El estudio se realizó en aguas costeras cercanas a la ciudad de Miami y se pudo observar cómo estas especies marinas no se inmutaban ante los ruidos y las luces urbanas, al contrario parecían interesados en las actividades humanas.
Este cambio sería negativo tanto para ellos, como para nosotros
Este cambio anormal en su hábitat desembocará en problemas tanto para ellos como para nosotros. Al pasar tanto tiempo cerca de las costas, estos tiburones estarán expuestos a residuos químicos y a la pesca, lo que pondría en riesgo su especie. Para nosotros, su presencia podría resultar en accidentes o ataques. Aunque a los tiburones no les gustan los humanos, estos podrían atacar si sienten que están en peligro o amenazados.
La raíz de este problema
Debido a la contaminación y la falta de alimento, estos tiburones no han tenido mejor alternativa que emigrar en búsqueda de comida para sobrevivir. Las corrientes cálidas que se han extendido por las costas del noroeste, generan que se forme más clorofila lo que potencia la existencia del plancton, el cual atrae a los peces, principal alimento de los tiburones. También una de las causas podría ser el atractivo olor de las capturas descartadas por los pescadores cercanos al puerto.
A nivel mundial se suelen registrar entre 70 y 80 mordeduras, no provocadas, de tiburones en el mundo. Sin embargo, este fenómeno global se estaría distribuyendo de forma irregular. Los investigadores aconsejan no nadar o hacer surf solos cerca de bancos de peces o en presencia de focas.
Además, es aconsejable no usar joyería que podría confundir al tiburón con el brillo de las escamas de un pez. Es importante saber que, ante la presencia de un tiburón, es imprescindible intentar no alarmarse y salir del agua de forma calmada.